martes, 12 de mayo de 2015

CASA MUSEO MARIA AUGUSTA URRUTIA

 La Fundación Mariana de Jesús restauró en 1996 la casa de su creadora, la aristócrata María Augusta Urrutia. Ahora el sitio es una galería sobre la estética de inicios de siglo. La casa 760 de la calle García Moreno, en Quito, es uno de los tantos tesoros de estética escondidos en el centro de Quito. Su propietaria fue la aristócrata quiteña María Augusta Urrutia Barba, mujer altruista y de gustos refinados, que nació en 1901 y murió en 1987. Ella perteneció a una familia de terratenientes. A sus tres años quedó huérfana y heredó grandes extensiones: las haciendas Solanda, La Gasca y Rumipamba; y, La Umbría, San Agustín y El Obraje, en Machachi. La señora Urrutia recibió la casa del Centro Histórico en 1921, como un regalo para su matrimonio con Alfredo Escudero.


Allí vivieron, aunque sin hijos, hasta 1931, fecha en la que Escudero murió. A partir de este suceso, Urrutia decidió tomar los hábitos de las hermanas del Carmen Alto, pero cambió de opinión para dedicarse al altruismo. Entonces, su casa se convirtió en el refugio donde grupos de 50 niños de la calle recibían alimento y distracciones. Sin embargo, varias familias de la "nobleza" quiteña censuraron el hecho. Para continuar con su obra social, Urrutia creó en 1939 la Fundación Mariana de Jesús, bajo la orientación de la Compañía de Jesús, congregación a la que estuvo vinculada desde su infancia. Casi toda su fortuna, lograda por la producción de sus haciendas, la destinó a la filantropía. Además, varias de sus propiedades fueron donadas a la sociedad. La hacienda La Gasca sirvió a la curia para edificar el Seminario Mayor; la Rumipamba, en su parte superior, fue para el Colegio San Gabriel, y en la inferior para el parque La Carolina (nombre que va en honor a la tía que le heredó este predio). La hacienda Solanda (en el actual sur de la ciudad) fue cedida al Banco Ecuatoriano de la Vivienda para ejecutar un plan de vivienda; y la San Agustín, en Machachi, se destinó a la Casa de Ejercicios Espirituales, San Ignacio, de los padres jesuitas. 



La Fundación Mariana de Jesús, en homenaje a su matrona, concluyó en 1996 la restauración de su residencia, bajo un costo de USD 850 mil. Ahora, el sitio se abre como un museo que busca eternizar su vida. En dos plantas, el visitante encuentra verdaderos tesoros de la estética europea en lo que respecta a decoración de interiores y artefactos de uso doméstico. En el recorrido sorprende el lujo en las vajillas de porcelana parisina, los acabados de los muebles ingleses de baño y la novedad (para su época) de máquinas tan útiles como lavadoras a manivela, heladeras, tostadoras y moledoras de café y alambiques para destilar mistelitas. Además, la casa conserva buena parte de la obra pictórica del ibarreño Víctor Mideros, artista de quien Urrutia fue su mecenas. Su temática siempre aludió a temas y personajes de la Biblia.

Dirección: Casa 760, entre las calles Sucre y Bolívar.
Teléfonos: 2580103; 2580107
Precios: Adultos Nacionales y extranjeros $2, Estudiantes $1 y Niños, discapacitados y tercera edad 0,50 ctvs.

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