martes, 12 de mayo de 2015

OBSERVATORIO ASTRONÓMICO

Quito empezó a descubrir el cielo desde La Alameda, cuando en 1873 se empezó la construcción del Observatorio Astronómico. El alemán Juan Menten inició la obra. Una cita con la ciencia y las estrellas. El cosmos está al alcance de las manos, gracias al trabajo que realiza el Observatorio Astronómico de Quito. Esta casa es, además, un museo de la ciencia espacial, pues alberga los telescopios, barómetros y cronómetros que se instalaron a finales del siglo XIX, en la segunda presidencia de García Moreno. No obstante su antigüedad, los equipos funcionan perfectamente. En la actualidad, la institución depende de la Escuela Politécnica Nacional.


Una sentencia popular dice que "no hay cielo como el de Quito". Y dicha frase ilustra también las motivaciones que hubo hacia 1873 para establecer en la ciudad un observatorio astronómico pionero en la región. Los científicos de las misiones francesa y alemana, que visitaron el país a finales del siglo XVIII, concluyeron que la posición geográfica de la capital ecuatoriana favorecía el estudio del cielo. Por eso, García Moreno gestionó hacia 1870 el establecimiento de un observatorio y, para el efecto, pidió colaboración a los gobiernos de Francia, Estados Unidos e Inglaterra. Pero nadie le hizo caso.

Observatorio Astronaútico
Luego, con la llegada de los pedagogos alemanes que venían a constituir la Escuela Politécnica Nacional, el sueño de conocer el cosmos tomó fuerza en la figura del jesuita Juan Bautista Menten. A él se le encargó el área de matemáticas y ciencias de la Politécnica, entre cuyas responsabilidades estuvo la creación del Observatorio Astronómico de Quito. La obra se inició en 1873, con la compra del terreno en el centro de La Alameda (para la fecha, al norte de la ciudad), en un valor de 12 897 pesos.

 El diseño del edificio guardó fidelidad al de Bonn, en Alemania, y los trabajos concluyeron en 1877. Sin embargo, hacia 1875, varios equipos de observación y medición ya habían entrado en funcionamiento. Para entonces, el Observatorio se equipó con instrumentales alemanes, a saber: un telescopio ecuatorial Merz, un telescopio universal, un telescopio portátil, un sextante, un círculo prismático, todos de la firma Pistor&Martins; un teodolito Ertel; además de una serie de barómetros, termómetros, cronómetros, agujas magnéticas y microscopios (la mayoría de estas máquinas funcionan en perfectas condiciones hasta la actualidad). El equipamiento creció conforme avanzaban las investigaciones del Observatorio. Así, entre las importantes adquisiciones se sabe la instalación de una estación de meteorología, de la casa alemana Fuess, la cual inició en 1892 una red nacional.



Con la misma motivación, en 1913, cuando Luis Tufiño era director del Observatorio, se implementó una estación para medir la sismología, servicio que se prestó hasta inicios de los ochentas. En el presente, el crecimiento de la ciudad, los volúmenes de contaminación y la gran cantidad de luz que se dan sobre La Alameda dificultan el estudio astronómico profundo, razón por la cual se ha construido otro observatorio en Guayllabamba. El de Quito continúa ofreciendo sus servicios de observación. Si usted quiere conocer más sobre el cielo, anticipe su visita y apenas haya una noche despejada será llamado para la visita. No obstante, a lo largo de la semana también puede acudir al sitio para apreciar el instrumental con el que se miran las estrellas. 

Dirección: Parque Alameda
Teléfonos: 2 570 765
Precios: Publico en General $1
Horarios de Atención: Lunes a viernes de 9:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00 horas; Sábados: 9:00 a 12:00 horas

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