Hay tres alegorías que revisten de magia a San Francisco, templo
fundado por Fray Jodocco Ricke en 1535, se dice que allí en tiempos
precolombinos, funcionaba un centro de intercambio comercial entre los
señoríos, también se refiere, desde la Colonia, que Felipe II de España se
asomaba a las ventanas de El Escorial para ver las cúpulas del templo quiteño y
comentar lo cara que le estaba resultando la obra. Y finalmente, hacia 1600 el
mítico Cantuña es el centro de una hazaña arquitectónica demoníaca, al atribuírsele, popularmente, la
construcción del atrio. Donde falta hasta ahora una piedra, es uno de los
bajantes de agua de las escalinatas: por eso su alma aún no ha sido captada por
Satanás.
Pero las leyendas son solo una de sus riquezas. La construcción
misma representa una proeza, pues la planta del convento tiene que vencer la
pronunciada inclinación de las faldas del Pichincha. Y ya en su interior, el
oro del incario y el talento de los artesanos de la Escuela Quiteña, convierte
el lugar en irrepetible. Aquí existen cerca de 4 mil obras, entre esculturas,
lienzos, pintura mural, artesonados y mueblería.
Desde 1983, la Agencia Española de Cooperación Internacional y el
Instituto Patrimonio Cultural trabajan en la recuperación integral del
complejo.
Actualmente 20 técnicos ecuatorianos realizan labores de
restauración y conservación. Así se han recuperado mil objetos de arte. 250 de
ellos se exhiben desde 1996 en dos galerías que se adaptaron para el Museo de
San Francisco.
En el claustro principal de este museo, formado por cuatro
galerías, se pueden apreciar murales religiosos de gran formato de la Serie de
la Vida de San Francisco y retablos renacentistas. La figura del Buen Pastor,
pieza religiosa que adorna la sala de ingreso al museo. Es un anónimo del siglo
XVII.
En la segunda sala se encuentra una escultura religiosa que
representa a un arcángel del siglo XVIII. En una de las bóvedas se encuentra
una imagen de San José y El Niño. Existen tres galerías más, en lo que hoy es
el claustro del museo, para exhibir, periodicamente, colecciones de la reserva
franciscana.
El recorrido inicia por el coro de la iglesia. De este sitio se
desciende a las salas de exhibición, donde se aprecian obras de Miguel de
Santiago, (como la emblemática “Inmaculada Eucaristía”), Diego de Robles, el
Padre Carlos, Manuel Chili “Caspicara”, Bernardo de Legarda, Gregorio de
Vásquez, Mateo Mexía, grabados alemanes del siglo XVIII y un mapa de Sudamérica
pintado en 1775.
Dirección:
Cuenca 477 y Sucre
Teléfonos:
2952911
Precios:
Adultos
$2,00; Estudiante y 3ra. Edad $1,00; Niños $0,50
Horarios
de Atención: Lunes a viernes 09h00 a 13h00; 14h00 a
17h00; Sábado: 09h00 a 18h00; Domingo: 09h00 a 12h00
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